ARTAUD Y EL CINE. (Leer con atencion)
El cine reclama los temas excesivos y la psicología minuciosa. Exige la rapidez, pero sobre todo la repetición, la insistencia, la vuelta sobre lo mismo. El alma humana desde todos sus aspectos. La superioridad de este arte y la potencia de sus leyes residen en el hecho de que su ritmo, su velocidad, su alejamiento de la vida, su aspecto ilusorio, exigen la rigurosa criba y la esencialización de todos sus elementos.
Proyecto Anual - Realizacion
Proyecto anual: Idea de lo que queremos hacer.
Peliculas utilizadas
- Batman
- El Eterno Resplandor de una mente sin recuerdos
- Everything is illuminated
- Life Lessons
- Requiem x un sueño
- Sweeny Todd
TP3 - REALIZACION - EL INTRUSO
CONSIGNA: "CONSTRUIR EL ESPACIO FÍLMICO DESDE LA DIMENSIÓN VISUAL Y LA DIMENSIÓN SONORA, A PARTIR DE LA RELACIÓN ENTRE CUATRO PLANOS".
TP2 PRODUCCION - SI QUIERO
La idea era recrear el guion de la forma mas fiel posible, para que el futuro director tenga una base de lo que se podria hacer.
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BANDA SONORA:
PRIMERA SECUENCIA:(ESPERAN POR LA NOVIA QUE NO LLEGA)
SEGUNDA SECUENCIA:(LA NOVIA VA, LA RUEDA SE PINCHA)
TERCERA SECUENCIA:(LA NOVIA HASTA LA IGLESIA)
CUARTA SECUENCIA:(CEREMONIA)
TP2 - REALIZACION
TP2- Video Realizado por el Grupo 4.
Nosotros solo le pusimos el sonido, con este fin:
"construir el tiempo fílmico desde la dimensión sonora, en su articulación con lo visual".
La Trampa
Version bastarda... (por fallas tecnicas) -
"...crear un flujo de tiempo propio, individual, reproducir en las tomas mi propio sentimiento del tiempo, que puede ir desde un ritmo de movimientos perezosos y de ensueño, hasta otro en rebeldía, desaforadamente rápido." (Andrei Tarkovski)
Dazed and Confused
Sinopsis
Homero es un oficinista que trabaja religiosamente todos los días hábiles de la semana. Se siente atraído por un compañero de oficina, que parece ignorar la situación. Este sentimiento, lo sumerge en una búsqueda interior de respuestas a las nuevas interrogantes sexuales, que lo desorientan y atormentan. En su lucha interna, trata de refugiarse en sus creencias, de escaparse de sus pensamientos y romper con la dualidad sexual - religiosa, hasta lograr una solución final.
La Verdadera historia:
Soledad
Pensaba. Se sumergía una y otra vez en las sensaciones pasadas. Ya no se impresionaba con las difusas imágenes. Las amaba. Adoptaba cada una de ellas y les daba un sentido. Improvisaba grandes historias, efímeras. Desaparecían en cada sueño. Le agradaba esa irrealidad, esa quimérica idea que recorría lentamente todo su cuerpo.
Imperturbable, inconmovible, yacía sobre un viejo colchón en un galpón semi-desierto. Recostado observaba cada una de las cosas que lo rodeaban. Quizá el ostracismo le había quitado un poco de coherencia.
La suciedad lo envolvía. Un gris opaco decoraba cada uno de los rincones de la interminable guarida.
Grandes barriles alineados formaban una pared indestructible que delimitaba una especie de habitación. Numerosas cajas llenas de manuscritos ocupaban el 90% de ese cuarto. Clasificadas, apiladas unas sobre otras, tenían una jerarquía especial. Varias veces se preguntó acerca de ellas, pero nunca se atrevió ni siquiera a tocarlas.
A lo lejos se veía un pequeño baño, que se limitaba a usar solo para lo necesario.
Sobre una pared pegados, viejos carteles con leyendas desconocidas para el, parecían fundirse entre si.
Del lado de enfrente, una pequeña mesa, una silla y un cuaderno abierto completaban el paisaje.
Su estómago reproducía incesantes sonidos, casi como explosiones. Hacía ya 3 días que no comía, sin embargo, mantenía la calma. Su vida se había tornado atemporal. No distinguía el día de la noche. Ese desconocimiento lo hacia dormir mas de lo que quería. Se sentía inútil.
La soledad no lo incomodaba, ya estaba acostumbrado.
Extrañaba si algunas cosas, como la dulce caricia del sol a la mañana o el olor intenso de sus jazmines, esos que diseminaba por toda la casa, aromatizándola.
Un puñado de días pensó en quitarse la vida. No sabía como, ni cuando, pero lo anhelaba. No tenía un propósito, un objetivo y mucho menos un amor.
La espesa barba lo molestaba y su olor era repugnante. Las moscas lo rodeaban las 24 horas del día. Parecía ser un rey.
Al correr los días, fue perdiendo las fuerzas y la esperanza. Ya había recorrido más de 100 veces cada rincón del lugar, había escrito largos e inconexos textos y había perdido más de 10 kilos.
El 24 de abril lo volvieron a ver.
Había vuelto a su trabajo, ese que odiaba, había recuperado los kilos, la imagen y la postura.
Un traje negro, corbata roja, maletín en mano y de nuevo al ruedo.
Nunca comentó su “aventura”.
Solo soñó noche tras noche que alguien lo iba a buscar.